lunes, 31 de enero de 2011

Celebración del Día de la Paz y la no violencia

El pasado viernes, 28 de enero de 2011, nuestro centro celebró el Día de la Paz y la No Violencia en el Pabellón Municipal de Deportes de nuestra localidad.



Tras la lectura de un manifiesto, cada curso realizó una carrera solidaria que trataba de recaudar fondos en beneficio de Cáritas de Castilleja a fin de mitigar las necesidades que hay en nuestro pueblo. Precioso el ejemplo que dieron tanto el alumnado como los padres y madres participantes.

Posteriormente, pudimos disfrutar de una serie de juegos cooperativos que tenían por objeto el concienciar de la necesidad de ayuda mutua para conseguir un fin.


domingo, 16 de enero de 2011

LA "ROJA", UN EJEMPLO DE EDUCACIÓN EN VALORES

¡Por fín España es campeona del mundo en fútbol!, tras los intentos fallidos de otras generaciones de futbolistas, ¡ya nos tocaba!


El triunfo de la “roja” no sólo es de carácter deportivo sino que trasciende más aún, ha ido acompañado por la práctica unos valores claramente definidos, ligados a la deportividad y el juego limpio. El éxito deportivo de la selección se ha consolidado a través del esfuerzo personal y colectivo de todos sus componentes, pero también mediante el respeto al rival y a las reglas del juego, la humildad, el afán de superación, el compromiso, la responsabilidad, el trabajo en equipo, el espíritu ganador, el altruismo, la superación de obstáculos (como ante la primera derrota frente a Suiza o la las ferreas defensas de los rivales), la búsqueda de un objetivo colectivo común, la alegría, el desparpajo ante situaciones de gran tensión, la valentía, el honor, el saber ganar y perder, la práctica de un juego limpio sin violencia, la sana ambición, el orgullo, la tenacidad, el equilibrio, la serenidad, la creatividad, el uso de la inteligencia, el trabajo bien ejecutado, la cooperación, la camaradería, el compañerismo, la seguridad en sus propias capacidades así como en las de sus compañeros y en el equipo técnico, la confianza mutua, el saber estar, la ilusión, la esperanza, el ingenio, la honradez,… y tantos otros valores, actitudes y normas que en este momento quedan en el olvido.




Sin duda, la selección nos ha enseñado y transmitido una multitud de valores, nos ha regalado clases magistrales de educación en valores. Valores plenamente incorporables a la educación, y especialmente al área de Educación Física. No sólo nos quedemos en el triunfo y en el éxito, aprovechémoslos y transmitámoselos a nuestros alumnos.



La “roja” con el seleccionador a la cabeza nos ha demostrado que en el deporte no vale ganar a consta de lo que sea, que ya está bien de haya entrenadores de base en donde prevalezcan frases como “si pasa el balón que no pase el jugador”, o bien “cuando llegues al área te tiras a ver si el arbitro pica y pita penalty”.



Ganar está bien, yo diría que sienta de maravilla, todavía quedan en nuestras retinas las celebraciones de cada una de las victorias de la selección, de los balcones engalanados de banderas, del buen rollo que nos acompañaba con los demás, de ese lucir nuestra camiseta por las calles, de esos baños en piscinas, playas y fuentes de todo el territorio español, de esa euforia colectiva que jamás había vivido antes… Pero cuando se gana jugando bien y de forma deportiva se saborea y se disfruta mejor. Así lo hemos vivido en este país, hasta ahora gafado en el fútbol, y así lo han observado en todo el mundo.



El éxito de España es fruto del triunfo colectivo, este mundial no será recordado por individualidades con nombres como Pelé, Muller, Kempes, Maradona, Zidanne o Ronaldo, sino por el juego de grupo, por el tiqui-taca, porque tocar significa compartir y cuando se comparte se ponen en juego todos los valores señalados anteriormente. Enseñemos los valores intrínsecos del tiqui-taca a nuestros alumnos y seguro que los estaremos educando convenientemente.


Disfrutemos, somos campeones del mundo!! Pero no nos olvidemos cómo se ha llegado a ello, sólo así podremos volver a lograr otras estrellitas en la camiseta. Sabemos cual es el camino, no nos apartemos del mismo. Indiscutiblemente la calidad de nuestros jugadores es manifiesta, también lo era la que disponían otros jugadores de selecciones anteriores, pero nos quedamos con la miel en los labios, ahora que hemos saboreado el dulce sabor de la victoria nos gustaría seguir repitiendo.


UN CAMPEÓN DEL MUNDO...
(El triunfo de la selección es un triunfo de y para todos)

A LA CAZA DEL FUNCIONARIO

Estamos en crisis, eso nos dicen de forma cotidiana los medios de comunicación, o mejor dicho, nos dicen los políticos en los medios. También se nos informa que esta crisis no es sólo de este país, que es una crisis mundial.

Muy bien, ¿y quién la ha provocado? ¿los funcionarios públicos?


Parece que así es, por ello estamos sufriendo un acoso constante por parte de nuestros gobernantes. Nos reducen el sueldo, nos van apretando las clavijas con más trabajo (en educación se suprimen unidades en los centros, con ello también se resta profesorado, no se cubre adecuadamente las bajas del profesorado, no hay dinero), las ofertas de empleo corren peligro o se reducen, ahora parece ser que en Andalucía nos quieren pasar a personal laboral con el objeto de finiquitar nuestro privilegio de tener un puesto de trabajo fijo,... Los funcionarios debemos ser muy mala gente, nosotros debemos tener la culpa de la crisis, nosotros debemos haber hipotecado a este país,...


Van a por nosotros, a la caza y captura...




El caso es que nosotros no decidimos cómo administrar los recursos de este país, no hemos hipotecado nada, no hemos malgastado o dilapidado el dinero público en vete a saber qué, no hacemos viajes oficiales, no celebramos ágapes ni fiestas, no tenemos coches oficiales ni guardaespaldas, no derrochamos los euros en recursos sin sentido, no cobramos comisiones, no gastamos más de lo que tenemos, en fin que hacer lo que se dice hacer hacemos poco con el dinero público.


¿Entonces quién es el responsable? ¿Por qué se nos transfiere esas culpas?


Lógicamente todos lo sabemos... Y no se dan cuenta que somos muchos, muchos que votamos, que no olvidamos, somos esos que decantan las mayorías para uno u otro lado. Que sigan jugando con nosotros, que continúen echándonos el "muerto", que se van a cavar su propia tumba.


Aquí un funcionario que funciona, no sé si puede decir lo mismo de quien me paga.

ACTITUDES DEL DEPORTISTA PROFESIONAL

Sin ningún género de dudas el ámbito de las actitudes, valores y normas encuentra en el área de Educación Física un medio idóneo para su conocimiento y desarrollo. No existe otra área del currículo de la enseñanza primaria y de la secundaria en donde se ponga en práctica tantas y variadas actitudes.


El alumno, agente protagonista del proceso de enseñanza-aprendizaje, tiene en los deportista profesionales o de élite un espejo en donde mirarse, y de él copia imita o asimila todo lo que observa. En muchas ocasiones lo que ve no se corresponde con las enseñanzas que recibe en el área de Educación Física en el colegio o instituto.


Recientemente, hemos asistido a un gran número de triunfos en el deporte español, ya sea a nivel colectivo: campeonatos del mundo de fútbol, baloncesto o balonmano,… o a nivel individual: tenis, ciclismo, motociclismo… Pero lo realmente importante, además del triunfo deportivo, ha sido cómo se ha producido éste. Estos triunfos han venido acompañados de un espíritu de deportividad poco frecuente en el deporte profesional.


Así hemos podido ver el afán de superación individual y colectivo, el respeto a las normas del juego y de los jueces y árbitros, el respeto al contrario, el sacrificio, la colaboración, la solidaridad, el compromiso, el saber ganar y perder con elegancia… puesto en práctica por los deportistas españoles. Todo ésto magnifica el propio triunfo deportivo.


Y sin duda, sus comportamientos y actitudes antes, durante y después del juego han sido unas valiosas lecciones para todos, niños y adultos. Ejemplos como los que hemos vivido facilitan la adquisición de actitudes, valores y normas en nuestra área.


Pero también los niños reciben de sus ídolos mensajes o enseñanzas poco apropiadas que pueden ser imitados. Actitudes como la de algunos jugadores de fútbol, por ejemplo, no son las más recomendables de observar por un niño, como es el ganar a consta de lo que sea. El dopaje en algunos deportes tampoco benefician al deporte en si, ni a su expansión y difusión, sobre todo en deportes minoritarios. Actitudes beligerantes como la de algunos entrenadores de fútbol son y deben ser rechazables.


Porque lo que el niño observa en el mundo del deporte, que generalmente entra dentro de sus intereses, lo reproduce en su vida diaria. Así se puede comprobar en el deporte base, cuando los niños se dejan caer dentro del área para simular penalti y engañar al árbitro, cuando agreden a otro jugador cuando se sienten impotentes y no aceptan la derrota, cuando ridiculizan al rival en la victoria…


Otro aspecto a tener en cuenta dentro del deporte de iniciación es la actitud de los propios padres, ávidos de condecorarse con los éxitos ajenos o de satisfacer sus propias frustraciones. Pero esto es otro tema…


El deportista profesional debe contraer un código ético con la sociedad, puesto que supone que son un máximo exponente de la misma. El sentirse observado, alabado y envidiado por una multitud ha de conferirle una responsabilidad especial, sobre todo en los niños. Esta responsabilidad le ha de conducir a un comportamiento ejemplar.


Está claro que los deportistas de élite no tienen por qué haber recibido una enseñanza deportiva tan especial en el modo de comportarse, pero en la iniciación tan importante es el dominio técnico y táctico, la preparación física o psicológica, como una buena formación como persona. Buen ejemplo de este buen hacer nos lo da la “fábrica” del Barcelona, la Masía.


Hacer buenos deportistas es muy importante, pero hacer buenas personas es aún más importante.

sábado, 15 de enero de 2011

EDUCACIÓN-FICCIÓN

Como se suele decir la realidad, a veces, supera la ficción. Y en muchas ocasiones los técnicos educativos suelen realizar lo que denomino "educación-ficción".


Por nuestros correos electrónicos circulan muchos e-mails con mensajes graciosos y divertidos. Entre los docentes, recibimos y reenviamos aquellos que tratan sobre nuestra profesión. Recientemente he recibido por varias vías uno, que desde la exageración, invita a la reflexión, porque no desvaría tanto de lo que sucede en la realidad escolar.


El mensaje se titula "Experimento de inspectores de educación de Sevilla" y en se dice lo siguiente:


"Créase o no, ésta es una sugerencia que un equipo de inspectores de la Consejería de Educación ofrecieron a los directores/as de centros educativos de una comarca muy cercana a Sevilla:

El alumnado deberá contar entre su material con tres pequeños cubiletes de plástico: uno rojo, otro amarillo y el otro verde. Durante la clase, cada alumno atenderá a las explicaciones del profesorado y situará en su pupitre el cubilete que indique su comprensión de lo explicado. Rojo: "No entiendo nada". Amarillo: "No lo entiendo todo". Verde: "Lo entiendo". De esta manera, el docente, de un solo vistazo, captará si su explicación está llegando a la clase o, por el contrario, debe esforzarse por hacerse comprender y/o por bajar el nivel de complejidad de lo explicado.Pero miren cómo la realidad supera a la ficción. En los experimentos dentro de una clase ocurría esto:

-¿Maehtro, er cubilete amarillo pa qué eh?
-Maehtro, er Yozua ma quitao loh cubileteh.
-Maehtro, la Yeni eh una empollona, que ciempre tiene er cubilete verde.
-Maehtro, me zan perdío loh cubileteh, ¿puedo i ar cervicio?
-Maehtro, ¿ci zaco er cubilete verde maprueba?
-Maehtro, mira cómo toco la batería con loh cubileteh.
-Maehtro, er Crihtian ma ehcupío en er cubilete.
-Maehtro, yo lo primero lo he entendío pero aluego no, ¿qué cubilete pongo?
-Maehtro, ¿ci traemoh loh cubileteh hay que traé tamién er libro?
-Maehtro, yo er cubilete roho no lo pongo, que me llaman zurnormá.

Y es que sólo los que estamos dentro de una clase sabemos qué es eso. En los despachos parece todo muy bonito".


Efectivamente, la realidad escolar es muy distinta de la que se dibuja, se describe o se analiza en los despachos o en los estudios de los teóricos.


Actualmente la educación se encuentra observada y analizada por diferentes frentes que tratan de valorar su eficacia, informes tipo PISA, Pruebas de Evaluación de Diagnóstico, evaluación externa de los Servicios de Inspección Educativa... Y las conclusiones que se obtienen de los resultados son desalentadores en la mayoría de los casos.


Para tratar de arreglar este "presunto fracaso" las medidas suelen ir dirigidas sobre el propio sistema educativo, sobre las metodologías que se ponen en funcionamiento y especialmente sobre el profesorado.

El sistema educativo, que se entiende de modo diferente según la óptica política desde la que se observa, se ve sometido a constantes cambios y reformas, mediante leyes educativas, Reales Decretos, Órdenes... que a su vez se ven multiplicadas en cada Comunidad Autónoma con más Leyes, Decretos, Ordenes, Resoluciones, Instrucciones... Desde luego la normativa va por delante de la realidad. Apenas los docentes se van adaptando a ella, sufre nuevas modificaciones. Se estudian los resultados de esas normas y rápidamente se elaboran otras nuevas. Y me pregunto ¿los que elaboran las normativas conocen la realidad sociocultural en la que ha de desarrollarse?


Con las reformas educativas se introducen nuevos métodos, se proponen otras didácticas, se incluyen nuevos elementos curriculares (competencias básicas), en definitiva se nos "invita" a cambiar nuestros procesos de enseñanza.


Se supone que todos estos cambios son necesarios para adaptarnos a la realidad escolar que tenemos delante. Pero estos cambios no se pueden producir en un breve espacio de tiempo, requieren tiempo, al igual que el que precisa una fruta o un buen vino para que madure adecuadamente. Los procesos de enseñanza están impregnados del carácter y de las experiencias de cada uno de los docentes, y los cambios tanto en uno como otra, no suceden de la noche a la mañana. Necesitan una amplia y variada formación continua y permanente que vaya abriendo mentes, corrigiendo errores, descubriendo nuevas posibilidades educativas, modificando actitudes, confrontando la experiencias y conocimientos previos con otros nuevos, favoreciendo la innovación educativa, fomentando el trabajo en equipo,...


Pero como comentaba, este proceso de adaptación y readaptación continua precisa tiempo y paciencia. Y en la enseñanza se tiene poco tiempo y muy poca paciencia.


En el proceso de enseñanza y aprendizaje intervienen muchos agentes, además del profesorado, los alumnos, las familias, el entorno social y cultural...


En referencia a los alumnos, la modificación de conductas, actitudes y valores parece ser que es una función que recae en el profesorado, de ahí que se regulen tantas normas legales dirigido a éste ámbito. Por tanto, es de suponer, que la acción de las familias debe ser escasa al respecto.


El ámbito familiar ha cambiado bastante, en apenas 40 años el tiempo que dispone la familia para atender a sus hijos se ha visto reducido; el niño vive mucho tiempo sólo, pero sin embargo se le superprotege, se trata por todos los medios de no crearle traumas psicológicos, nunca los psicólogos han tenido tanto trabajo como ahora, a pesar de tanta protección; los niños disponen de todo tipo de juguetes y aparatos electrónicos; sus necesidades básicas suelen estar bien satisfechas; la visión que la familia tiene sobre el profesorado también ha variado, hemos pasado de ser un colectivo pobre, pero respetado, a vivir dignamente, pero "apaleado".


La sociedad ha cambiado, en algunos aspectos, radicalmente, no sé si para bien o para mal, pero ha modificado muchos planteamientos sociales.
Y todos estos cambios afectan directamente a la educación, no es lo mismo un niño del año 2010 que uno de 1975. Por ello se precisan modificaciones en el sistema educativo y en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Pero a la hora de realizar valoraciones, me da la impresión, que se compara como si los niños de una y otra época fuesen los mismos.


Así, cómo es posible que un maestro en el año 1975, con 40 alumnos por clase, sin apenas recursos materiales y humanos, con una metodología conductista, con escasos incentivos profesionales, sin una formación permanente, y sin tantas y tantas otras cosas que disponemos actualmente, pudiera obtener unos resultados con sus alumnos similares a los que obtenemos actualmente. Es decir sacaba adelante a los niños brillantes y a los "normales", y sin duda, también obtenía fracasos con alumnos poco motivados, con déficit asociados o con desventajas sociales.


Quizás, porque un alumno de hoy valga por tres de los de antes, un niño de hoy tiene un bagaje, unas vivencias y unas experiencias que no las tenían los de antes. No estoy comparando, al contrario, estoy diciendo que ambas realidades no son comparables. Al igual que no son comparables las realidades en las que se sitúan los niños de distintos países de nuestro entorno, porque la incidencia de los factores sociales que inciden en ellos son distintos de los niños españoles. Sin embargo nos comparamos, ahí está el informe Pisa. Pero a la hora de comparar, no sólo hay que confrontar los resultados, también hay que sopesar muchas otras cosas, pero eso queda en el olvido, no se muestra.


Dudo mucho que el fracaso escolar resida exclusivamente en la acción docente, al contrario, esta acción en la mayoría de los casos está respaldada por una dedicación, responsabilidad y formación por encima de las exigencias. Y no trato con ello de hacer corporativismo, porque también reconozco la gran mediocridad de muchos otros.


La escuela o el instituto ha cambiado, ser profesor no es fácil, al igual que ser madre o padre tampoco lo es. Las dificultades que nos platea la sociedad actual son múltiples y complejas y para evolucionar y progresar en el buen camino se precisan muchas actuaciones dirigidas a distintos ámbitos. Si el cambio sólo se dirige a la acción docente estamos abocados al fracaso. No porque el docente sea el motivo del fracaso sino porque no se habrá actuado sobre esos ámbitos, que sin duda, tienen mayor incidencia en la educación de nuestros niños.


Seguro que por la acción, el esfuerzo y el sacrificio del docente no será... aunque estemos en tela de juicio constantemente.


Juan Carlos Muñoz Díaz
Publicado por Juan Carlos Muñoz Díaz en 13:49

LA ACTIVIDAD FÍSICA EN NIÑOS.COMPETICIÓN VERSUS DESARROLLO

LA ACTIVIDAD FÍSICA EN NIÑOS. COMPETICIÓN VERSUS DESARROLLO
Actualmente estamos asistiendo a un gran auge de la actividad física en niños, ya sea a través de la Educación Física escolar, o preferentemente mediante la oferta de entidades públicas (escuelas deportivas) o privadas (clubes).


En la escuela se tienen muy claros cuales son los fines de esta actividad física, están determinados por los objetivos generales del área, y fundamentalmente son de carácter educativo, orientados al desarrollo personal y a una mejor calidad de vida.


El Real Decreto 1513/2006, de 7 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas en Educación Primaria, en cuanto al área de Educación Física nos dice que “el área se orienta a crear hábitos de práctica saludable, regular y continuada a lo largo de la vida, así como a sentirse bien con el propio cuerpo, lo que constituye una valiosa ayuda en la mejora de la autoestima. Por otra parte, la inclusión de la vertiente lúdica y de experimentación de nuevas posibilidades motrices puede contribuir a establecer las bases de una adecuada educación para el ocio”.


Por tanto, educación, formación, desarrollo personal, salud, calidad de vida, creación de hábitos de práctica de actividad física, valores, juego, exploración, educación para el ocio… son atributos propios de la actividad física escolar. Pero también deberían ser aplicables a la actividad física realizada en horario extraescolar, ya sea en escuelas deportivas o en clubes deportivos.




Sin embargo la realidad nos muestra otra cosa bien distinta. El afán competitivo y el logro del éxito envuelven toda actividad deportiva. Hay que obtener resultados a consta de lo que sea, por ejemplo, de la propia salud del niño. Los valores deportivos se pisotean en favor del logro de la victoria, no cabe la derrota. Se utilizan sistemas de entrenamiento propios de adultos con el fin de obtener un mayor rendimiento. Las habilidades motrices se desarrollan de forma estereotipada, se prima la automatización de gesto para obtener movimientos eficaces. Se desarrollan las cualidades físicas básicas de forma específica…


¿Cómo es posible que se busquen finalidades distintas en la práctica de actividad física y deportiva en un mismo niño? La actividad física extraescolar debe ser complementaria de la escolar porque ambas deben buscar el desarrollo de objetivos similares. Más adelante, cuando los niños hayan crecido y madurado, y se busque una preparación más específica en la búsqueda del rendimiento, será el momento de plantearse otros objetivos.


En la edad escolar, por tanto habrá que hablar más de desarrollo, íntegro y armonioso, acordes con las posibilidades fisiológicas y metabólicas de los niños. Una buena selección de los ejercicios y de las tareas proporcionará a los niños la suficiente experiencia motriz y una buena respuesta muscular y orgánica.


El entrenamiento deportivo dirigido a adquirir una determinada cualidad física o dominar una especialidad deportiva concreta, tiene más inconvenientes que ventajas, puesto que incide negativamente en el desarrollo.


En la actualidad el profesor o el entrenador deportivo dispone de suficientes y variados recursos de actividades motrices y juegos como para planificar sus sesiones o entrenamientos de un modo más sano, lúdico y motivador.


Antes de crear deportistas, formemos personas…

Juan Carlos Muñoz Díaz
Editorial "EmásF" nº 8.